21 de abril de 2015

Tres microrrelatos de Eliéser Ojeda


EL MUERTO SIN ZAPATOS


    La noche fría me despertó con presagio sobrecogedor. La habitación estaba en penumbra, la energía había fallado.
A tientas, entre la cama y la pared, palpo con pies y manos arrastrando mis pesadas extremidades. 

     En mi ambulante sopor intuyo la presencia vaga de un espectro. Su rostro, aunque vacías las cuencas de sus ojos, putrefactos músculos y carnes me miraban con fijeza inefable. Yo, aterido, castañeteaba mis dientes. Acaso desviaba mis ojos de aquellas depresiones oculares. «Solo vengo por mis zapatos».


Eliéser Wilian Ojeda Montiel
La Azulita, 29 de marzo de 2015




   DESDE EL TÚNEL

En las baldosas irregulares de la amplia acera yacía el hombre, sin respiro; desnuda la vida.

El hombre del mantón oscuro caminaba impertérrito, a pocos pasos, sin apuros.

Yo, observaba desde una ventana, o, ¿desde un túnel?, su impávido andar.


Eliéser Wilian Ojeda Montiel
La Azulita, 29 de marzo de 2015




PASOS INCIERTOS

Ruge el cielo en la penumbra de la noche. Bajo los árboles el caminante peregrino apresura la marcha acompasada.
Un bajel fantasmal surca las aguas ambiguas bajo el empuje de las enhiestas olas.

Un cuervo de los tiempos de Poe, de noches semejantes, armoniza con su “odioso” trino la fatalidad del peatón. El ulular de un ave de recortado vuelo convalida, a lo lejos, el infortunio adivinatorio del graznido.


Eliéser Wilian Ojeda Montiel
La Azulita, 29 de marzo de 2015